Sueña. Proyecta. Construye.

El nivel cualitativo de la educación está directamente vinculado a la calidad de nuestras vidas y a cómo están conectados entre sí todos los agentes educativos. De forma consciente o inconsciente, todos nuestros pensamientos, emociones y acciones van esculpiendo hoy progresivamente lo que mañana serán los procesos de enseñanza-aprendizaje, procesos de los cuales se alimentarán las futuras generaciones. ¿Responsabilidad social?
Diremos por tanto que, la posibilidad de transformar todo el compendio educativo, siempre existirá. Pero, ¿hacemos un buen uso de nuestra ineludible influencia? ¿Somos conscientes del impacto social que causamos por el simple hecho de existir?
La educación no sólo se transforma desde el aula, desde los libros o desde las diferentes legislaciones educativas, sino también desde nuestro ser. Para mí, la educación es una gran masa de energía que se concentra en un punto intermedio entre el enseñar y el aprender; entre el hablar y el escuchar; entre el dar y el recibir. 
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